P. Santiago Martín: ¿Por qué dicen que María no es corredentora?

P. Santiago Martín: ¿Por qué dicen que María no es corredentora?

El sacerdote español Santiago Martín, fundador de los Franciscanos de María, ha reaccionado con firmeza a la reciente nota Mater Populi Fidelis, publicada por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, en la que se desaconseja el uso del título de Corredentora para la Virgen María y se recomienda limitar el de Mediadora de todas las gracias. En un comentario titulado ¿Por qué dicen que María no es corredentora?, el presbítero advierte del fuerte malestar que la decisión ha generado entre los fieles más devotos de la Santísima Virgen.

Martín compara el impacto de esta nota con el provocado por el controvertido documento Fiducia Supplicans, señalando que, en esta ocasión, el golpe ha recaído directamente sobre el amor mariano del pueblo católico. Recuerda que fue Benedicto XVI quien, sin negar los títulos, consideró que no era el momento de definirlos dogmáticamente, a diferencia de la actual decisión de publicar una nota restrictiva.

El sacerdote plantea una serie de preguntas que merecen reflexión dentro de la Iglesia. En primer lugar, se pregunta a quién beneficia o perjudica la nota, advirtiendo que su publicación no era urgente y que ha causado desconcierto entre los fieles más apegados a la tradición. ¿Se tuvo en cuenta que el enfado se dirigiría contra el Papa o contra el cardenal Fernández?, cuestiona, señalando que el documento ha provocado una fractura innecesaria entre los católicos más marianos.

El argumento ecuménico bajo la lupa

Otro de los puntos que analiza es el argumento ecuménico. El documento sostiene que los títulos marianos podrían obstaculizar el diálogo con otras confesiones cristianas, pero Martín replica que son precisamente los anglicanos y otras comunidades las que se han alejado de la comunión con Roma. Recuerda, además, que decisiones recientes del Vaticano —como Fiducia Supplicans— fueron las que rompieron el diálogo con los ortodoxos. ¿Es el ecumenismo un motivo o una excusa?, se pregunta el sacerdote.

Los dogmas nacen de la lucha teológica, no del silencio

El fundador de los Franciscanos de María rechaza la idea de que los títulos de Corredentora y Mediadora creen confusión. Subraya que todos los dogmas de fe fueron proclamados después de largos debates teológicos y controversias. ¿Se pretende ahora convertir en un nuevo dogma de fe el que María no sea corredentora?, plantea. Recuerda que los dogmas de la Inmaculada Concepción y de la Asunción también fueron precedidos de intensas discusiones, y que su proclamación no cerró la devoción, sino que la fortaleció.

Martín cita la Epístola a los Colosenses (1,24), donde San Pablo afirma completar en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, para señalar que la cooperación humana en la redención no contradice la fe cristiana, sino que la ilumina. A su juicio, el sufrimiento ofrecido tiene valor ante Dios, y el ejemplo de María, unida al sacrificio de su Hijo, revela el sentido más profundo de la corredención.

Valor pastoral y espiritual del título de Corredentora

El sacerdote recuerda que los dogmas marianos no sólo proclaman verdades de fe, sino que enseñan lecciones espirituales. Decir que María es corredentora —entendida como colaboradora en la redención— tiene también un valor pastoral, porque enseña que el sufrimiento humano, cuando se une al de Cristo, puede redimir y dar sentido a la cruz de cada día.

Por eso, evoca las palabras y enseñanzas de San Juan Pablo II, quien llamó a María corredentora en varias ocasiones, para destacar el valor espiritual del dolor ofrecido. El pobre, el enfermo, el anciano, el perseguido: todos pueden colaborar con Cristo ofreciendo su cruz, explica, lamentando que el Vaticano haya perdido la oportunidad de recordar esta enseñanza fundamental.

Finalmente, el P. Santiago Martín considera que la fe del pueblo de Dios no cambiará por lo que diga una nota doctrinal. Los fieles seguirán acudiendo a la Virgen para pedir su intercesión, porque la gracia viene de Dios, pero María intercede como madre y mediadora, afirma. Y concluye pidiendo oración por la paz en la Iglesia y la unidad en la fe, invocando a la Virgen como colaboradora en la redención, corredentora en el sentido más profundo del amor unido a la cruz.

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